7 nov 2011

Pierre Jodlowski, 'Drones', 'Barbarismes', 'Dialog/No Dialog'



















Pierre Jodlowski (1971-)
1.- Drones pour ensemble de 15 instruments 16:21
2.- Barbarismes pour ensemble et électronique 24:41
3.- Dialog/No Dialog pour flute et électronique 14:45
Sophie Cherrier, flute. Ensemble Intercontemporain.
Susanna Mälkki, conductor. IRCAM-Centre Pompideu.
Kairos (0013032KAI)

Audición: Drones, pour ensemble de 15 instruments


La asociación del sello austriaco Kairos con el referencial conjunto francés Ensemble Intercontemporain cristalizó hace tres años en la línea Sirènes que mantiene el citado label. Siete son las ediciones discografícas surgidas al albur de esta unión, tres cedés de indudable interés consagrados a Bruno Mantovani, Philippe Manoury y Alberto Posadas mas otros tres menos relevantes con obras de Luca Francesconi, Michael Jarrell y Hèctor Parra y, finalmente, el que motiva estas líneas, tres recientes composiciones del emergente creador, radicado en Toulouse, Pierre Jodlowski (1971).

La representación de Jodlowski en la discografía ha sido irregular hasta ahora. Dos cedés monográficos en el esquivo sello éOle (que él mismo dirige) y varias piezas alojadas en otros tantos compilatorios (uno de ellos, el volumen editado por Col Legno documentando el Donaueschinger Musiktage de 2003, donde puede atenderse su obra multimedia People / Time). En todo caso, este disco de Kairos pone definitivamente al alcance del aficionado una porción importante (porque valiosas son las tres obras reunidas en él) del quehacer del compositor, indudablemente representativas además del momento estético del autor. No es de recibo, en todo caso que en el cedé no se indiquen la fecha de escritura de las obras grabadas, como tampoco son idóneas las vagas notas redactadas por Martin Kaltenecker en las que se repasa someramente la identidad musical del retratado sin reparar prácticamente en las piezas seleccionadas en el registro.

Con Jodlowski, el Ensemble Intercontemporain quiebra el tono generalizado de una serie discográfica (Sirènes) que, hasta el momento y con las producciones precedentes, se había venido caracterizando por atender una triada de compositores que, abordando el hecho sonoro desde distintas perspectivas, coinciden en una exposición diáfana del material, no sometido a transgresiones ni interferencias. Está muy lejos Jodlowski de la nueva música germana (al menos de aquella deudora de la escritura de Lachenmann o de la experimentación desaforada de Stockhausen), y hasta cierto punto, la suya es una obra de innegable acento francés. Empero, sí que puede advertirse al mismo tiempo, una cierta concomitancia con el manejo de una discursividad nerviosa, a-lineal, con fortísimas raíces en el pop y otras músicas urbanas, que sí practican, muy libérrimamente, músicos del orbe austriaco-alemán como Bernhard Lang (compositor con el que más directamente podríamos emperantar a Jodlowski) y Olga Neuwirth.

Llama Jodlowski a la práctica de una música “activa” que, en su interpretación, tenga en cuenta el espacio de la difusión, pero también otros parámetros como el gesto y la energía. Su concepción pasa por la inclusión de la electrónica y/o la amplificación instrumental. Drones (2007), pieza que abre el cedé, para ensemble de 15 instrumentos microfonizados es un trallazo musical. Pero, aunque existan en su audición cotas de elevada intensidad sónica, no es la suya una música rupturista y epatante en la manera en que sí lo son las creaciones de los compositores saturados, Franck Bedrossian, Dmitri Kourliandski y Raphäel Cendo, entre otros. Drones, sin resultar una obra inesperada, propone una elegante inmersión en sonoridades afiladas y amenazantes punteada por una espasmódica narratividad cuasi-orquestal, con  agresivos y asimétricos colapsos del ritmo.

Parece estar el músico hermanado, desde la praxis instrumental, con profetas de la nueva electrónica minimal (glitch, clicks and cuts…) como Alva Noto y Franck Bretschneider. Así, Pierre Jodlowski promete en los primeros compases de Dialog/No Dialog (1997) querer ir mucho más allá de lo que luego logra. Flauta y electrónica soportan idéntica importancia escorándose más nuestro interés hacia el segundo elemento. La flautista (ya casi legendaria) Sophie Cherrier solventa una intrincada partitura llena de melismas furiosos y un virtuosismo galopante que colisiona en algunos pasajes con una crepitante electrónica crepuscular que envuelve con su manto el sonido acústico, distorsionándolo levemente, confundiéndolo o, en algunos instantes, tapándolo con ferocidad.

Dice el compositor que Barbarismes (2001), para ensemble y electrónica [obra que puede escucharse en Youtube aquí y aquí parcialmente en concierto] es su respuesta artística a la violencia real del mundo presente. Y hasta cierto punto es innegable que esta es una composición ajetreada, un viaje sonoro de media hora plagado de convulsiones, estallidos y disonantes acordes en los metales. Pero también es casi una pieza programática en la que se invocan ciertas postales virulentas de la Edad Media. Jodlowski juega con un material maleable al que no da tregua y que crispa con intensidad por medio de un uso notable de la electrónica -bien como elemento transformador del timbre instrumental bien como fin sonoro en sí mismo-. La prestancia del Ensemble Intercontemporain, dirigido soberbiamente por su titular Susanna Mälkki, añaden el doble de valor a una creación que satisface hoy pero a cuya algo vacilante estética no vaticinamos larga vida.