César Camarero (1962-)
1.- Inmersión 3:01
2.- Pulsión 11:24
3.- Música para inducir al sueño 03:12
4.- Nostalgia de un paisaje futuro 07:51
5-13.- Instrucciones para dejarse caer al otro lado del vacío 33:52
Solistas del Plural Ensemble. Academia de Música Contemporánea de la Joven Orquesta Nacional de España. Compañía Nacional de Danza 2. Fabián Panisello, dirección. Chevy Muraday, coreografía.
Verso CD+DVD (VRS2081)
Distribuye en España: Diverdi
La música contemporánea española vive un momento de eclosión discográfica sin parangón en su historia. Novedades continuas en sellos como Verso, Neos y Kairos, además de la valiente apuesta del recién nacido Anemos cuyas futuras ediciones se esperan con enorme expectación. Faltaría eso sí una mayor atención a cierta generación intermedia cuya música sigue sin ser atendida (pienso aquí en el flagrante caso de Ramón Barce) y una revisión mucho más profunda de las importantes primeras obras de compositores como Luis de Pablo y Cristóbal Halffter, de quienes en mayor o menor medida nos llegan novedades pero nunca recuperaciones de sus catálogos. A éste respecto la sola idea de bucear en los archivos de RTVE se antoja absolutamente fascinante por todos los testimonios sonoros que allí se conservan.
En fin, en medio de este innegable panorama de bonanza celebramos ahora un nuevo registro consagrado al compositor madrileño, radicado en Sevilla, César Camarero (1962). Reciente está el soberbio trabajo realizado por Taller Sonoro con piezas de este compositor en 32 maneras de mirar un vaso de agua (Anemos C33003), la integral de los Tríos a cargo del Trío Arbós (Fundación Autor) y, algo más atrás en el tiempo, en Verso (Ref: 2016) un primer acercamiento a su música de cámara a cargo del Plural Ensemble.
De nuevo es el sello Verso el encargado de publicar, en óptimas condiciones, un nuevo cedé dedicado a su obra, títulado genéricamente, Obras de cámara y música para danza. Se trata de una doble edición (CD y DVD) que recoge cuatro piezas de cámara (Inmersión, Pulsión, Música para inducir al sueño y Nostalgia de un paisaje futuro) y la que es, hasta la fecha, la creación más ambiciosa de su autor, la partitura para ensemble Instrucciones para dejarse caer al otro lado del vacío, que puede disfrutarse en la versión de audio y también en la grabación videográfica de la obra de danza nacida a la par que la música, firmada por el coreógrafo Chevy Muraday, y que contó con la Compañía Nacional de Danza 2.
César Camarero. Foto: G. Barrera.
La música de César Camarero deja mella en el auditor sin horadar un repentino hoyo, opera despacio, pero al final, siempre acaba provocando una indefinible emoción. Esta falta de palabras (seguro sólo achacable a quien esto firma) es motivada, probablemente, por la naturalidad y aparente sencillez con la que evolucionan unas piezas repletas de gestos mínimos, de destellos geniales y contrastes desarmantes. Es conocido el poco interés que al compositor le despierta hablar en términos estéticos sobre su trabajo, un considerable catálogo de piezas no inmediatamente accesibles en una escucha desprevenida pero que esconden algunos de los pasajes más novedosos y personales de la música española de hoy.
Es en su retórica de la brevedad (híbrida entre el laconismo de Webern y la desnudez de Feldman) donde situaríamos piezas puntuales como Inmersión (2008) y Música para inducir al sueño (2005), dos partituras nacidas como regalos a sus intérpretes dedicatarios. En la primera, la violista Ana María Alonso desgrana una suerte de pequeño lamento cuya suavidad por momentos nos hacen pensar en un ejercició de concisión con ecos del Prologue de Les espaces acoustiques Gerard Grisey y, otra vez, el Morton Feldman que da alas a la viola en la sección final de The Rothko Chapel. Y en la segunda, el pianista Alberto Rosado evoca un atisbo de canción de cuna que alberga, en sus poco más de tres minutos, muchos de los resortes de la poética de Camarero.
El trío Pulsión (2007) se torna demasiado severo en la primera sección, que luego da paso a capítulos en los que la tensión y el relajo se vuelven antagonistas en un clima que debería se apagado con una mayor premura, resultando una partitura aquejada de una cierta discursividad. Mucho más enriquecedor, desde el punto de vista de la escucha, es el trío Nostalgia de un paisaje futuro (2004) para clarinete, violonchelo y piano con un pianista con dos manipuladores de armónicos.
Le costó a Camarero dar luz pública a una obra cuya demanda instrumental no fue resuelta hasta que los músicos del ensemble Taller Sonoro le instigaron a que su ejecución era posible. En la comparación entre la registrada por este grupo (en el disco Anemos) y la que ahora nos ofrece el Plural Ensemble sale ganando la primera. En ambas la claridad expositiva es ejemplar, pero el conjunto sevillano (que gana a la presente en casi un minuto de duración) barniza con una mayor morbidez sonora el juego de la resonancia, resultando una ejecución mucho más difusa y a la par enigmática que la más técnica y desnuda del Plural.
La obra central del disco es Instrucciones para dejarse caer al otro lado del vacío (de la que existe una reducción de 15 minutos aproximados, Al otro lado del vacío). La partitura original, que supera la media hora, es un proyecto de creación conjunta (música/danza) que se estrenó en el Festival de Alicante de 2006 y cuyo éxito originó que ambos creadores (Camarero y el citado Muraday) fueran merecedores meses después de los respectivos Premios Nacionales de Música y Danza.
No está en mi mano la capacidad de juzgar el trabajo escénico, que considero de una estimable funcionalidad, con momentos de gran belleza plástica (el final de los bailarines agrupados en el columpio, sus movimientos conjuntos asemejándose a bandadas de pájaros...) y, lo más importante, con una brillante adecuación a la partitura. Mucho más interés despierta la escucha aislada de este extenso y sui generis concierto de cámara en el que parece atisbarse cierto leitmotiv que da estructura ¿narrativa? a la creación.
Desde luego detrás del sugerente título, y como era de esperar, no aguarda ninguna otra receta. Estas Instrucciones para dejarse caer al otro lado del vacío no revelan argumento clásico alguno. En ella, los habituales remansos de tranquilidad a los que se precipita de una forma natural la música de Camarero son interrumpidos por capítulos de una impactante incisividad instrumental. La versión que recoge Verso, interpretada por los mismos músicos que la estrenaron, la esforzada Academia de Música Contemporánea de la JONDE, da un buen reflejo de la obra aunque no se puede pasar por alto la necesidad de una mayor viveza. Resulta imposible no admitir que estos pentagramas en atriles de grupos mayores (Klangforum, Musikfabrik, Ensemble Modern...) podrían descubrirnos perfiles y detalles inéditos.
La magia de estos pentagramas vuelve a residir en la sorprendente capacidad de engarzar un material, en apariencia desnudo y natural (no hay ningún interés en la obra del autor por la fisicidad del sonido, mucho menos por la transgresión o la experimentación directa) que es capaz de sugerirnos tantas posibilidades nuevas. De alguna forma César Camarero puede ser considerado el compositor menos virulento e indagativo de la moderna música española. No sacude el árbol, no vierte explosivas pócimas sobre las raíces, no agrede sensibilidades, pareciera casi querer pasar de puntillas. Y he ahí su misterio, cómo a estas alturas, su redefinición musical, su reflexivo y sensible phatos (al que, ojo, no es fácil acceder) y sus calmados silencios pueden causarnos tanta perplejidad, tanta emoción.
Audición: Nostalgia de un paisaje futuro. Solistas del Plural Ensemble.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo con la apreciación sobre Ramón Barce. Es uno de esos músicos siempre postergados "para otra ocasión". Y esa "otra ocasión" hay muchas, muchas veces, que nunca llega.
Abrazos,
Diego
Estimado Diego. Tienes razón. Algo me han contado de que, en breve, aparecerá algún cedé monográfico dedicado a Barce(creo recordar que una integral de sus Cuartetos de cuerda). Demasiado poco. Hay tanta música en su catálogo que una empresa así merecería una atención más esmerada. La losa de teórico y agitador cultural pesa sobre su magnífica música. Ojalá pronto podamos celebrar que su memoria (discográfica) es recuperada. Un placer tenerte como lector. Un abrazo!
Publicar un comentario