7 jul 2010

Chaya Czernowin MAIM[water]





















Chaya Czernowin (1957-)
MAIM [water] for large orchestra, a quintet of soloists (with tuba as pre-recorded soloist) and electronics

1.- Maim zarim maim Gnuvim (strange water stolen water) 17:20
2.- The memory of water 08:31
3.- Mei mecha'a (water of dissent) 18:25
Konzerthaus Orchestra. J. Kalitzke, director.
Mode 219
Distribuye en España: Arsonal

De la música de Chaya Czernowin (Haifa, Israel, 1957) el aficionado venía teniendo conocimiento gracias a los múltiples registros por los que su obra se ha ido esparciendo. Tanto los sellos Col Legno -en la recopilación del Festival de Donaueschingen de 2002- como más recientemente NEOS -con la inclusión de una pieza suya en el amplio volumen Música Viva Festival 2008- y muy específicamente el sello Mode -con hasta cuatro registros monográficos- han permitido acceder a la creación de una compositora cuya intensa conexión con el lado más especulativo de la nueva música le hace permanecer muy ajena de los circuitos musicales globales y, por el contrario, muy presente en los grandes focos de la vanguardia centro europeos (Donaueschingen pero también MaerzMusik, Bienal de Munich o Wien Modern).

Czernowin es autora de uno de los trabajos más apasionantes que el teatro músical nos ha legado en época reciente. Pnima... ins Innere (2000) [Mode 169dvd] como Lost Highway de Olga Neuwirth adquiere un carácter más cinematográfico que operístico por medio del uso de la luz y de una expresión visual crispada y amenazante. Pero también es éste un trabajo en claro parentesco con otra obra de enorme relevancia en la música actual, Tragödia, de Adriana Hölszky. Si aquí, la autora alemana propone una trama pasional contada únicamente a través de la música y de una escena en la que los objetos sugieren un dantesco suceso, Czernowin en Pnima no llega a prescindir de la presencia física pero los intérpretes vocales son actores, no cantan. Las voces que les corresponden a los dos únicos protagonistas surgen ajenas a ellos, confiando a la orquesta un lugar primordial. Su impacto visual, emocional, estético en definitiva, la convierten en una obra llamada a perdurar considerablemente en el universo de la música de hoy, algo de lo que da buena cuenta la nueva producción presentada este mismo mes de julio en Sttugart.

Chaya Czernowin

Sin salir del sello norteamericano Mode, Shu Hai Practices the Javelin (Mode 117) es otro de los álbumes que nos dan pistas de una compositora mayor. En una pieza como Shu Hai mitamen behatalat kidon (1996-97) el material vocal que pone en juego Czernowin en manos de la experimentadora y cantante Ute Wassermann está en abierta relación con la poesía sonora y con el mundo de la text-sound composition. El universo de chasquidos, ruidos guturales y semántica volatilizada desplegado nos remiten a Jaap Blonk y a cierto Julio Estrada. No menos venturosa es Shu Hai in an orchestral setting (2000-01) donde, de nuevo disfrutamos con una Wassermann entregada al tono abiertamente avantgarde de la pieza en un conjunto en el que voz y orquesta dialogan en un ciclo abrupto, abiertamente provocador y de enorme musicalidad.

Es cierto que, en ocasiones, Czernowin se deja tentar por una excesiva mixtura, como en la ambiciosa Pilgerfahrten (2006-07) para locutor, coro juvenil masculino e instrumentos, pero incluso en una obra irregular como ésta, la autora deja su personal huella al proceder operando con el sonido de una forma dramática y contrastante. Sorprende saber que la creadora israelí es profesora de composición en el Conservatorio de San Diego (California), por cuanto su forma de encarar el hecho sonoro -netamente europea- la alejan del por otra parte fascinante mundo de la modernidad musical en USA.

En 2009 asistí con sumo placer al estreno en Berlín de la trilogía orquestal ...auf... (2005-07) de Mark Andre. Y aún reconociendo mi debilidad por los ciclos, ahora, con otro de idéntica envergadura en las manos, Maim de Czernowin, siento la misma satisfacción. El trabajo, de unos 45 minutos de duración, aborda desde una óptica instrumental el carácter físico y existencial del elemento agua y se entrecruza -por la sobrecogedora actualidad- con sucesos del mundo presente: El recrudecimiento del conflicto en Oriente Medio y los acontecimientos del 11 de septiembre en Nueva York con la siguiente reacción bélica estadounidense.

Divivida en tres secciones, Maim comienza con Maim zarim maim gnuvim (en hebreo, Agua extranjera, agua robada), pieza que bascula sinuosa en el umbral entre sonido y silencio. La aportación de la electrónica parece decisiva en un discurso entre gaseoso y sólido, henchido de bordes acusados. Hay una evidente querencia por el modelo sonoro de un Helmuth Lachenmann, pero la compositora colorea más el pentagrama con la inclusión de instrumentos con la guitarra eléctrica -cuyas magníficas aportaciones las brinda el especialista Seth Josel- y del clave (a cargo de John Mark Harris). La titubeante colección de gestos instrumentales crea un efecto dramático devastador que colisiona con la relativa convencionalidad de The memory of water, segunda parada del tríptico. En ella glissandos y fuertes disonancias en los metales crean un telón de fondo sobre el que desarrolla este meditativo interludio con aire de adagio. Mei Mecha'a (El agua de la disidencia) concluye el ciclo con un discurso de sesgo dramático más acusado, donde la lógica del desarrollo se desenvuelve de forma más clara sin renunciar al tono de abstracta gravedad. Es éste un episodio que recopila y amplía lo expuesto para claudicar con un tono solemne, puntillista en el sentido weberniano del término y quedo, desapareciendo en medio de una bruma de sonido/ruido orquestal magistralmente organizado.

Audición: Maim zarim maim gnuvim

2 comentarios:

Mario Rodríguez Ruiz dijo...

Enhorabuena por el programa y el blog, Ismael.
Me he permitido poner un post y añadirlo a la sección de enlaces de mi blog.
Un saludo.

Ismael G. Cabral dijo...

Mario, se agradecen mucho tus palabras. Gracias por leer y escuchar ;-) Te correspondo encantado enlazando yo también con tu bitácora.