Luc Ferrari (1929-2005)
1.- Éphémère I 'L`ordenateur ça sert à quoi?' November 1974 27:03
2.- Éphémère II 'Lyon 75' November 1975 51:35
Tape & undetermined instrumentation
Alga Marghen (33NMN.081)
Distribuye en España: Arsonal
Cuando creíamos disponer de gran parte del catálogo de Luc Ferrari (París, 1929 – Arezzo [Italia], 2005) en términos discográficos y tras la reciente magna edición de diez compactos editada por el INA francés (L'oeuvre électronique), el imprevisible y referencial sello Alga Marghen se descuelga con una novedad absoluta que incluye dos piezas del hasta ahora ignoto ciclo Éphémère para cinta e instrumentación variable, sendos trabajos desubicados en el heterogéneo, vasto y apasionante universo del compositor francés que hoy, más de 30 años después de su concepción, suenan exultantemente nuevos y dan renovados argumentos a quienes consideramos que en el campo del avantgarde se han producido los artefactos sonoros más novedosos y atrayentes de las últimas décadas. Vaya de antemano, con una creación como Éphémère II, Ferrari profetiza el techno y hasta se pone varias millas por delante de las creaciones, habitualmente poco inspiradas, de los artistas adscritos más o menos militantemente a la denominada Escuela de Berlín.
Cofundador del Groupe de Recherches Musicales y pionero en múltiples campos: de la música electroacústica al arte sonoro pasando por la creación intermedia, Luc Ferrari también realizó aportes decisivos al concepto de la música concreta y, más allá, abrió camino en la propuesta de permitirnos oír desde una perspectiva estética los paisajes sonoros de la vida cotidiana (a este respecto, una creación como Music Promenade es decisiva). Pero también fue cineasta y documentalista, director de entidades y conjuntos musicales, académico y compositor de obras vocales, de cámara, orquestales y, por descontado, electrónicas. Con Hétérozygote (1963-1964), alcanza la madurez y el reconocimiento internacional. En esta pieza (para cinta magnética), Ferrari utiliza una serie de sonidos ambientales para crear un collage “organizado y poético”. Se trata así, de una de las obras más representativas del compositor, que frecuentemente empleó sonidos del mundo real en su lenguaje musical.
En la misma línea de esta composición, se puede enmarcar Presque Rien No.1, donde condensa 24 horas de sonidos ambientales tomados en una playa yugoslava, en 21 minutos, sugiriendo una serie de acontecimientos (nuevamente sin acento de trascendencia) en el tiempo. Es en esta obra donde más se aprecia la influencia de John Cage, concretamente el calado de su idea acerca de que la música es todo aquel sonido que nos rodea a lo largo del tiempo y del espacio, y que para escucharla tan sólo tenemos que pararnos y prestar atención.
Luc Ferrari |
En perspectiva, la obra de Ferrari abarca desde los tempranos experimentos en el GRM hasta refinados aportes al arte radiofónico como prueba la seminal y poética L'escalier des aveugles (1991) pasando por collages que dan cuenta de sus propias experiencias vitales, como es el caso de Far-West News (1998) en la que se recopilan sonidos y pequeñas teatralizaciones de un viaje que el compositor realizó junto a su mujer por la zona oeste de los Estados Unidos en 1998. También hubo en su creación espacios abiertos para abordar géneros que, en principio, le eran ajenos como la música electrónica industrial, de la que es fiel reflejo la composición Dialogue ordinaire avec la machine (1984), pieza que será muy valorada por los miembros del grupo Kraftwerk. En el ámbito puramente instrumental, Ferrari dejó muestras de una lucidez extrema, tejiendo creaciones camerísticas como Didascalies y Tautologos III, partituras que combinan con una espontaneidad desarmante un discurso plenamente consciente de su vinculación con la modernidad y a la vez barnizadas con una calidez mediterránea, en fin, una claridad expositiva que pareciera desnudar la música de todo apunte de manierismo vanguardista.
Un as bajo la manga guardaban los archivos del compositor. Y es que, como ya se ha apuntado, la novedad que encabeza estas líneas supone uno de los aportes discográficos a la contemporaneidad más sorprendentes de este 2010. Éphémère I & II representan, cada una desde una forma diametralmente opuesta a la siguiente, un momento estético hasta ahora más o menos inédito asociado a Luc Ferrari. Incluso para quienes sabemos del carácter abierto, expansivo y nada adusto de su música, un disco como el presentado por Alga Marghen no deja de causar asombro.
Éphémère I (L'ordinateur ça sert à quoi?) es una composición electrónica de 27 minutos concebida en 1974 y basada en la generación de un extenso drone sobre el que se superponen continuas capas de voces en distintos idiomas que se interrogan humorísticamente sobre la necesidad del uso de la computadora en la música. La fragmentación de la vocalidad y lo compacto del aparato textual no permiten asimilar nítidamente la narratividad del discurso produciéndose un efecto de continuum, como si de perennes e inabarcables olas de voces susurradas nos llegaran al oído sumiéndonos en un embriagante estado meditativo.
Tanto en ésta como en Éphémère II, Luc Ferrari permitió a los intérpretes una generosa capacidad de intervención, resultando así unas creaciones que oscilan entre la música improvisada y aquella fuertemente apegada al pentagrama, o en estos casos, a las instrucciones de acciones sonoras que el francés indica. En el futuro, el compositor no volverá a adentrarse en las posibilidades de la música libre, por lo que estas dos pioneras tentativas adquieren aún más fuerza expresiva por su impronta avanzada y por los soberbios resultados sonoros que alcanzan.
La segunda pieza del ciclo es toda ella, en su concepción, una total aventura en el sonido cuyo resultado se encuentra en las antípodas de lo que la vanguardia oficial venía ofreciendo en aquellos años. Éphémère II (o Lyon 75, cuyo subtítulo data, con lugar y fecha, la única interpretación registrada de la composición) deviene en una extensa pieza para cinta de 51 minutos con improvisación de guitarra eléctrica.
La estructura electrónica de la composición puede retrotraernos a algunas piezas tempranas del minimalista norteamericano Terry Riley, pero también se encuentran en ella no pocas concomitancias con sonoridades provenientes de artistas más alejados de la escena académica como Harold Budd y sus primeras experiencias improvisatorias con sintetizadores e incluso Tangerine Dream, con quien Ferrari coincide parcialmente al dotar Éphémère II de un tono marcadamente procesual y secuencial, donde la música se va construyendo muy lentamente a partir de una sonoridad estática que luego adquiere livianos tintes rítmicos y sobre la que se van añadiendo nuevos timbres. A partir del minuto 42, el ataque de un bajo de guitarra harán pensar en un temprano Mike Oldfield y toda la sección final podría fácilmente causar la adhesión inmediata de los degustadores de nuevas músicas. Tal cóctel de influencias es pasado por el tamiz de Luc Ferrari, quien continúa demostrando su magisterio creativo por encima de dogmas y escuelas. La edición del álbum, limitada a 500 copias que pronto estarán agotadas, resulta tan primorosa y encantadoramente retro como vienen siendo las presentaciones del sello que dirige Emanuel Carcano y cuyo nuevo aporte al conocimiento del genial compositor francés viene avalado por la propia esposa del músico, Brunhild Meyer-Ferrari, quien ha dado acceso a estas dos joyas de su catálogo que, estamos seguros, con la modestia que caracterizaba a Ferrari, es más que probable que éste considerara menores.
Audición: Éphémère I 'L`ordenateur ça sert à quoi?
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