César Camarero (1962-)
1.- Vanishing Point (2007) 14:09
2.- Duración invisible (2009) 23:36
3.- A través del sonido de la lluvia (2000/04) 14:59
Rafael Gálvez, Juanjo Guillem, percusión. Trío Arbós.
Orquesta Nacional de España. Peter Hirsch, director.
Kairos (0013102)
Distribuye en España: Diverdi
El compositor César Camarero, quien estos días vuelve a ser noticia por el estreno -primero en Venecia luego en Madrid- de su nueva “ópera de cámara” (aceptemos la convención del término aunque el proyecto esté muy alejado de esa inquietud) En la medida de las cosas, es también actualidad porque el inagotable sello Kairos, dentro de la colección que viene dedicando a compositores españoles de hoy, acaba de presentar un monográfico que contiene dos obras orquestales y una camerística.
De esta manera la discografía de Camarero, cada vez más nutrida, se enriquece ahora con el añadido de un disco que cubre una faceta, la orquestal, hasta ahora inédita fonográficamente. Y resulta singular que después de todos los parabienes que en estas líneas o en el programa de radio Chorro de Luz, venimos dedicando a su creación, ahora sea su música orquestal la que vuelva a concitar toda nuestra atención por cuanto que estamos ante dos de las más importantes y fascinantes partituras del maestro madrileño.
Son numerosas las ocasiones en las que se ha insistido en su transparente escritura de cámara, en la desarmante sencillez con la que fluyen los acontecimientos y en la naturaleza relajada de una música que parece desprenderse de todo lo superfluo para configurar un universo sereno y complejo a la vez pero desnudo de retórica. Es por ello que el medio camerístico -la escritura para instrumentos solistas y ensembles- parecía el vehículo ideal para que Camarero diera vida a sus invenciones. Sin embargo, escuchada, no una, si no varios pares de veces, una pieza como Duración invisible, para violín, violonchelo, piano y dos orquestas de cámara, la sensación de perplejidad es constante.
César Camarero |
Por más que el instrumentario crezca, Camarero sabe dar con la gramática adecuada para que todo parezca fluir de una manera tan misteriosa como explorativa. No se siente jamás perdido el auditor en medio de tal océano de sugerencias. Da la impresión de que la abstracta lírica del compositor obedeciera a unos parámetros naturales no por desconocidos más aprehendidos por quien escucha esta música.
Lo anterior no significa que ante, pongamos por caso, Vanishing Point para dos percusionistas y orquestas, la audición no tenga que ser activa. Antes al contrario, la obra de Camarero, dadas las continuas sugerencias que aquilata su música, no parece tan asequible en un primer instante como otras estéticas más guerreras y enfocadas en la dicotomía sonido/ruido. Pero los puntos de referencia en piezas como las recogidas en este disco de Kairos están ahí y la poética de Cámarero vuelve a desplegarse ahora en gran formato resultando una experiencia más plena.
En Duración invisible -obra que supera los 20 minutos- parece como si el pentagrama se gustase a sí mismo y optara por reflejarse una y otra vez desde ángulos diferentes. El compositor imprime cierta hedonista morosidad a un discurso cuyos innumerables hilos no enturbian el acceso al corazón de una obra, nuevamente de vagos ecos feldmanianos en puntuales vaivenes de la cuerda, y de ricas asociaciones sinestéticas. Álvaro Guibert, en las sucintas pero jugosas notas del disco, habla de “bancos de peces y bandas de mosquitos”, refiriéndose al movimiento que parece dibujar la música en ciertos momentos.
En Vanishing Point, la otra pieza concertante de la colección, el trazo es más severo, acaso por las propias características tímbricas de una multipercusión doble que pretende, y consigue plenamente en el directo, ser estereofónica. También son más acuciados los contrastes y la paleta de efectos desplegados es mayor, siempre dentro del habitual estilo del músico. “Huyo desde hace tiempo de la obviedad de mucha música contemporánea que utiliza un sólo procedimiento para hacer una sección, por ejemplo. Lo interesante de verdad es cómo está respirando la forma, o lo que Elliot Carter denomina fluidez (…) La música que más me sigue gustando -como la de Feldman, Haydn, Davidovsky o el Schoenberg de la segunda época- es la que funciona por algo que no he acabado de captar del todo”, dice César Camarero. Y, en efecto, gran parte del poder encantatorio de obras como Duración invisible y Vanishing Point reside justamente en eso, en la aparente sencillez de una arquitectura habitable pero llena de pequeños hallazgos.
Es de justicia resaltar las excelentes versiones que de estas dos composiciones se ofrece. En una escucha ciega y/o liberada de prejuicios históricos podría pensarse que los atriles pertenecen a formaciones punteras en la música de hoy como la Orquesta de la SWR o la de la Radio de Frankfurt. En cambio es la Orquesta Nacional de España, dirigida por Peter Hirsch (a quien le debemos la versión definitiva de ese opus magnum que es Prometeo de Luigi Nono), la que rubrica unas versiones soberbiamente interpretadas y grabadas y que cuentan con el concurso de Rafael Gálvez y Juanjo Guillem (en la percusión) y del Trío Arbós. Sin duda, en la consecución de la excelencia en este repertorio ha ayudado la dirección de su titular, Josep Pons, al frente de unas temporadas eclécticas y con generosa inclusión de música de nuestros días y el concurso en algunos de los proyectos puestos en marcha por el Auditorio Nacional de Música de Madrid como el recordado estreno en España en 2009 de Gruppen, de Stockhausen.
El Trío Arbós es el encargado de cerrar el cedé con una pieza que más parece un relleno que un verdadero deseo de concluir así la producción. No por la obra en sí -la muy estimable, poética y seductora A través del sonido de la lluvia- si no porque esta misma pieza ya se encuentra grabada en un reciente disco del sello Autor de la SGAE. No sólo eso, se trata del mismo registro (!) Hubiera sido mucho más oportuno aprovechar la oportunidad para incluir alguna de las obras de medio formato que permanecen ajenas al ámbito del disco como Campos magnéticos (2000) o Resonancia de mareas (2004). Sea como fuere la presencia de las dos piezas orquestales antes referidas justifican por sí solas la adquisición.
Audición: Duración invisible (2009)
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