16 abr 2012

Friedrich Cerha, 'Und du...', 'Verzeichnis', 'Für K'





















Friedrich Cerha (1926-)
1.- Und du... 39:13
2.- Verzeichnis 09:23
3.- Für K 17:00

Audición: Für K

Hay discos que, tan pronto se publican adquieren cariz de documento. La música del austriaco Friedrich Cerha (1926) se está beneficiando en los últimos meses de una inesperada atención por parte de sellos de la órbita germana. A los aportes realizados en el pasado por Col Legno, ECM y Wergo hay que sumar la línea de monográficos que viene dedicándole Kairos, entre ellos un esencial doble cedé con la colección de masivos frescos orquestales Spiegel I-VII (1972), enciclopédico trabajo sinfónico que resulta esencial para comprender el devenir de la música de vanguardia centroeuropea.

Ahora, cuando el sello ya anuncia un nuevo disco con dos obras relativamente recientes –el Concierto para percusión (2007-08) e  Impulse (1992-93)- recuperamos una reciente novedad que, sugeríamos líneas atrás, se trata de un álbum que aquilata una creación impensable (por su compromiso, por su aristado ensamblaje de materiales…) en el momento actual, fuertemente datada a la par que radicalmente viva, la vasta composición –casi 40 minutos- Und du… (1963) (Y vosotros…), obra maestra infernalmente densa –apocalíptica puede leerse en algunas reseñas-, propia de un momento estético muy concreto –Escuela de Darmstadt-  y que se alinea con algunas de las primeras y balbuceantes obras en las que el diálogo instrumental con aparataje electrónico cobró una importancia nunca antes imaginada. Píensese que Mixtur, de Karlheinz Stockhausen, es sólo un año posterior y que esta comparte con la referida la técnica de la modulación en anillo.

La guerra nuclear, la vida amordazada entre las paredes de un bunker y la tragedia de Hiroshima son los tres asuntos interconectados que aborda Cerha en Und du… El oyente poco familiarizado con los lenguajes musicales abiertamente experimentalistas podrá censurar que toda la obra evoluciona presa de su abigarrado ensimismamiento. No equivaldría semejante juicio a haber comprendido la creación en toda su magnitud. Del mismo modo en el que gritan las obras políticas de Luigi Nono (A floresta, Al gran sole, Intolleranza 1960…), esta del austriaco utiliza los recursos de la vanguardia para recrear una realidad angustiosa y brutal sobre la que vierte un clarísimo mensaje reivindicativo.

Friedrich Cerha
La audición de una obra como Und du… en concierto se nos antoja hoy prácticamente impensable, por lo que el disco se convierte en soporte de excepción para conocer una partitura que nos llega en la grabación que se hizo con motivo de su estreno a cargo de la ORF Radio-Symphonieorchester Wien dirigida por el propio compositor. Su descarnada sonoridad y el fantasmagórico sonido que transita la obra en determinados instantes eriza el vello en una audición sosegada, tal es el poder de impacto de una pieza que resulta difícil de compartimentar. ¿Arte radiofónico  -fue encargada para ser interpretada y difundida a través de este medio- o arte sonoro? A nosotros nos parece que, en todo caso, está más cerca de los procesos de collage y ensamblaje de materiales tan caros a los universos de Bernd Alois Zimmermann y Luciano Berio aunque con una inequívoca personalidad propia. Sonido orquestal, cintas, pasajes instrumentales cuasi camerísticos, voces habladas y cantadas, Und du… desarrolla una música que, en todo momento, parece al borde de  una explosión que nunca se concreta, tal es su desaforado dramatismo en cuyo calado la transformación de la electrónica tiene mucho que ver.

Sumidos aún en el impacto causado por la audición, todavía el álbum de Kairos reserva momentos de interés. Lo que viene a demostrar -…si acaso quedaran dudas…- que el tercer acto de la ópera Lulu de Alban Berg completado por Cerha ha eclipsado injustamente su quehacer como autor, ensombreciendo su catálogo. De no haber sucedido así, la musicología hoy saludaría creaciones como Spiegel y Und du… con el mismo nivel de valía que se le adjudican a los trabajos de los nombres mayores de la música de la segunda mitad del siglo XX.

Verzeichnis (1969), para 16 voces, -aquí a cargo del ORF Chor en una grabación de mejorable calidad / otra versión, diferente, puede escucharse en YouTube- es una composición basada en la lista nominal de brujas quemadas en la hoguera durante el siglo XVII en Würzburg (Alemania). Y aunque en ella Cerha no vaya mucho más allá de una cierta acumulación de técnicas vocales complejas que sacrifican cualquier indicio emocional, es esta una partitura coral –sobra decirlo, nunca interpretada- que reserva momentos de interés muy superiores al de la gran mayoría de la moderna música coral del orbe nórdico/báltico que goza de una relativa mayor difusión y abrazo de los conjuntos especializados, algo que achacaremos al relajo de un discurso que, antes que mirar hacia adelante, se nos antoja regresivo y claramente neo (cítemos al respecto a los Rautavaara, Törmis, Vasks, Silvestrov, etc…)

Puestos a especular, si el conjunto 'die reihe' no hubiera existido (aún mantiene la actividad), hoy la ciudad de Viena no sería uno de los epicentros de la modernidad musical donde esta se difunde con aparente normalidad pese a la contundencia con la que impregnan su vida cultural los grandes nombres del pasado. Cerha fundó este grupo en 1958 y su intensa actividad en Austria durante más de tres décadas permitió dar a conocer toda la música de la Segunda Escuela de Viena e innumerables estrenos absolutos.

Escultura de Karl Prantl
Grabada y escrita en 1993, la obra que concluye el disco, Für K fue compuesta para el 70 cumpleaños del escultor Karl Prantl. Tratándose de una pieza más cercana en el tiempo, no se acusa en ella por fortuna ningún desgaste del lenguaje.  Estructurada en dos movimientos y escrita para un conjunto que comprende siete instrumentos de viento, piano, tres percusionistas, viola y violonchelo, la obra, que conduce admirablemente a die reihe el propio Cerha, es deudora del lenguaje adquirido durante las décadas de los 60-70. Acaso, eso sí, todo sucede en ella a un ritmo más vertiginoso, como si el músico quisiera iluminar aquí y allá los diversos episodios tímbricos que propone la partitura dentro lo que, nos parece, un trasunto del rotundo trabajo escultórico de Prantl, llevado al pentagrama.

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