Cartel del ciclo. |
Organizado por el grupo sevillano Taller Sonoro, este festival constituye un oasis de resistencia en una ciudad cuyas instituciones musicales principales están gestionadas de forma refractaria a la contemporaneidad. Así las cosas, el ciclo, mantenido durante distintos meses con un total de nueve conciertos (de cinco de los cuales damos cuenta aquí), se contempla como una iniciativa tan asentada ya como la respectiva serie de conciertos que, entre marzo y mayo, programa el Teatro Central de Sevilla.
Remontándonos al pasado año, el 9 de noviembre el dúo Duro Vino (Carmen Morales, piano y sintetizador, Miguel Retamero, videocreación en directo) ofreció un singular recital con dos partes muy contrastadas. En la primera se interpretó un ramillete de piezas para piano preparado en la que se comprobó la solvencia y adhesión a la causa con la que Morales afrontó un repertorio en continua efervescencia y agitación. Posteriormente excursionó al mundo del primer minimalismo de Steve Reich en unas interpretaciones que fueron, más bien, reinvenciones de aquellas partituras. Con una ambientación escénica un tanto naïf y con la solista sentada en el suelo frente al sintetizador, Morales llevó a Reich...
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