Portada del disco. |
Hace ya
14 años saludábamos con sincero entusiasmo una de las primeras grabaciones que
ponía en circulación el sello Kairos, consagrada al compositor austriaco
Bernhard Lang (1957). Se trataba de Differenz / Wiederholung 2 (1999), una
hábil deconstrucción contemporánea de la rítmica de la música rap. En la obra,
el Klangforun Wien unía fuerzas con el vocalista Todd y la soprano Salome
Kammer. La mixtura que allí se creaba nos pareció del todo original a la vez
que denodadamente musical. Lang había logrado en aquella composición lo que
otros colegas suyos habían tanteado sin éxito; una posmodernidad enraizada en
los géneros populares que no sesgaba el aliento de una partitura llena de
creación, de inventiva.
Cuatro
años después, Col-Legno, planteaba un álbum con tres composiciones del
austriaco donde sobresalía DW 8 (2003), para loops orquestales y dos solistas
de turntables. Peter Rundel capitaneaba una amplia obra que
obstinadamente se replegaba sobre sí misma usando una rítmica feroz,
acercándose sin disfraz a la pista de baile;
un inteligente cruce de estilos que dejaba nuevamente por el camino poderosas
texturas instrumentales que nos subyugaban en la escucha.
Lang nunca
ha dejado de ser, pese a lo que pudiera parecer, un creador de la academia. Por
eso, entre 2000 y 2002 trabajó en Das Theater der Wiederholungen, un teatro
musical cercano a las dos horas de duración en la que el Klangforun adquiría un
protagonismo característico de una banda de free jazz y rock. Y aunque la
vocalidad aquí lastraba parcialmente el resultado, Das Theater… nacía
siendo ya una de la ¿óperas? más rebeldes sónicamente del nuevo siglo.
Prolífico y ejemplarmente atendido en la órbita germana, Bernhard Lang continuó
luego creando ciclos instrumentales, racimos de obras que indagaban en unos u
otros caminos, teniendo siempre el cruce con el material pop(ular) como
epicentro argumental.
La
fórmula comenzó a dar señales de agotamiento en I hate Mozart, teatro musical
estrenado en 2006 en Viena, y donde la cita excesiva devenía en pastiche
almibarado por estallidos rockeros. Monadologie I (2007) para cítara y gran
orquesta o Paranoia (2007) para dos raperos, banda y lector de CD incidían en
una peligrosa sequía de ideas; en donde ya no se pretendía enmascarar el
guiño, pues este directamente se imponía sobre la urdimbre creativa a favor de una
música efectista y fácilmente provocadora al ofrecerse en contextos más o menos clásicos. Por lo
anterior, sorprende que el sobrevalorado sello de Stefan Winter, Winter &Winter, se haya hecho eco de una reciente y vasta obra de
Lang, en las antípodas del estilo que le ha consagrado, presentando la muy
envarada Monadologie IX: The anatomy of disaster (2010), a la sazón, tercer
cuarteto de cuerdas del austriaco que, en los atriles del Cuarteto Arditti, se
extiende durante 60 minutos.
De
antemano diremos que lo mejor del álbum es la soberbia toma sonora, de una
naturalidad desopilante, que nos sitúa frente a los cuatro músicos, muy cerca
de ellos, pudiendo escuchar cada inspiración de Irvine Arditti, cada roce y
esquirla de este abigarrado mamotreto. Porque Monadologie IX es un ambicioso pero fallido tour de force que cita Las siete últimas palabras de Franz Joseph
Haydn “buscando la sustancia de esa enigmática obra maestra”, según el autor, quien se muestra decidido a examinar “el significado de la vida,
abordando temas ligados con la existencia y la muerte” (!)
Bernhard Lang. |
El
lenguaje de Lang se torna de una extrema aridez en las siete sonatas –respuesta
a los siete adagios haydnianos- que son precedidas por una Introducción y por
una coda –o Terremoto-. La prestación de los Ardittis se nos antoja de una
rotunda densidad armónica, aunque siempre sin sobresalir por encima del tono
mate de unos pentagramas que naufragan en la reiterada exposición de un
expresionismo de muy viejo cuño, con pasajes tumultuosos y estallidos de
energía instrumental carentes de interés tímbrico, también yermos de estudio de otras
cualidades del sonido. La obra, en fin,
se irá diluyendo, como deshilachando, sin abandonar nunca un tono de tragedia
decimonónica. Nos parecerá, durante toda la audición, que los Ardittis quieren
convencernos con su fortaleza instrumental de los pocos atractivos de una
página que sólo puede defenderse en la prestación virtuosística que demanda.
Demasiado poco.
Nota: Puede escuchar en su integridad The Anatomy of Disaster (Monadologie IX) aquí.
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