27 may 2010

Zeitkratzer: John Cage y James Tenney [Old School 1 y 2]
















¿Se puede ser calificado de outsider en el campo de la música experimental? ¿No lo son casi por definición todos los que a ella se dedican? En el ámbito de la modernidad parece que siempre hay un lugar disponible para el más difícil todavía, para la penúltima pirueta. Así lo demuestran con su existencia misma los miembros del conjunto Zeitkratzer (en traducción literal, rascadores del tiempo) fundado en 1999 por Reinhold Friedl y radicado en Berlín aunque con músicos provenientes de diferentes geografías europeas.

Hasta la fecha la heterodoxia de sus planteamientos les han llevado a abordar versiones de clásicos del rock experimental como Metal Machine Music de Lou Reed, han realizado adaptaciones al campo mixto del conjunto instrumental de creadores del noise como Merzbow (Crack Groove) y hasta han reivindicado a Iannis Xenakis a través de un orgíastico y virulento artefacto sonoro titulado Xenakis [a]live! Por el camino también han firmado colaboraciones con artistas del universo del avant techno como Keiji Haino y Carsten Nicolai, indagaciones de desiguales resultados pero de incontestable atrevimiento.

A lo largo de su andadura no han renegado de la "escolástica" de la música académica abordando obras de  John Cage, Alvin Lucier y Karlheinz Stockhausen entre otros. Les faltaba sin embargo superar la pincelada, el apunte, y plasmar en conciertos específicos y en formato discográfico su aporte a la etiqueta ¿académica?, compartimiento que guarda, y mucho hemos defendido aquí esta idea, esencias más provocadoras y fulminantes que las que emanan de artistas posicionados con un pie en la creación pura y con otro en el flanco del neopop.

Ahora Zeitkratzer ha inaugurado una línea de cedés que ha dado en titular [old school], una colección que contará, por el momento, con cuatro registros de los que ya han sido editados dos, dedicados a John Cage y a James Tenney y aguardan otros dos llamados a publicarse a lo largo de 2010 consagrados a Alvin Lucier y a Morton Feldman. En total cuatro nombres de dorada importancia adscritos a la contemporaneidad norteamericana, representantes de unas formas de concebir el sonido -más libres y menos limitadas por estructuras compositivas fijadas-, con las que se sienten más identificados este colectivo de músicos muy dados a experiencias colindantes con la improvisación y el noise.















John Cage (1912-1992)
1.- Four6 30:00
2.- Five 5:00
3.- Hymnkus 30:00
Zeitkratzer
Zeitkratzer Records (zkr0009)

El primer álbum, dedicado a John Cage (1912-1992), alberga tres composiciones firmadas por el compositor en los últimos siete años de su vida. Son Four6 (1992), Five (1988) e Hymnkus (1986). Las dos primeras forman parte de la colección de Number pieces (1987-1992) a las que Cage dedicó buena parte de sus últimos esfuerzos compositivos. En ellas propone al auditor una percepción descentrada, oblicua (si empleamos el término predilecto de la musicóloga y gran conocedora de Cage, Carmen Pardo), una escucha a través del tiempo que tan pronto puede ser atenta como descentrada.

Five, pero especialmente Four6 (dada la generosa realización que aquí se nos ofrece, 30 minutos exactos) son composiciones alineales que no pretenden por tanto una recepción lineal. "No se trata de entender nada, hay que sumergirse en el sonido", anotó Cage. Es por ello que nuestra atención puede aumentar o disminuir en función de los acontecimientos que sucedan a lo largo de la música, una música que jamás es fija y cuya duración es indeterminada, al igual que lo es la instrumentación y la ordenación de los sonidos que Cage anotó en la partitura.

Un material así en atriles de un grupo iconoclasta como Zeitkratzer es, de antemano, una sugerente proposición. Escuchados los resultados el acercamiento de estos músicos a las partituras numéricas cageanas están al mismo nivel interpretativo que otras grabaciones señeras de conjuntos como el Ives Ensemble, The Barton workshop o las conjunciones de intérpretes que propone el sello OgreOgress. La diferencia estriba en la maleabilidad con la que los alemanes abordan a Cage.

El equilibro entre indeterminación y aparente control que ofrecen estas piezas permite a Zeitkratzer destapar una sonoridad de amenazante agresividad, de perfiles industriales, hecha más de roces que de sonidos convencionales. Dando muy poca tregua al silencio -principal diferencia con sus competidores discográficos- su Cage se nos aparece en la escucha más marmoreo y compacto que nunca. Un Cage de enorme severidad (como bien ha de entenderse su música, alejada de ese aparente y dañino lúdico-cómico barniz con el que algunos se empeñan en revestir su agudo e inteligente pensamiento).

Hymnkus es una de las composiciones menos transitadas del Universo Cage. Su título alude a los términos 'himno' y 'haiku', el primero se refiere a los versos que se repiten, y el segundo a las silabas que integran cada verso, en clara referencia a las composiciones poemáticas japonesas. Cage, como era su hábito, consulta el I Ching para determinar los diferentes parámetros musicales, dando al final con una creación henchida de sugerencias, de sonoridades apuntadas y gravitatorias. Aquí Zeitkratzer aprieta la tiza y da con una interpretación nuevamente seca y estática donde la ordenación de los elementos sonoros adquiere un mayor enfásis que el cromatismo al que da lugar la combinación de los mismos.

Audición: Hymnkus (1986)
















James Tenney (1934-2006)
1.- Critical Band 17:14
2.- Harmonium #2 19:44
3.- Koan: Having Never Written A Note For Percussion 10:22
Zeitkratzer
Zeitkratzer Records (zkr0010)

James Tenney (1934-2006) fue una de las figuras musicales estadounidenses más relevantes en cuanto que compositor, director, intérprete, investigador y profesor, todo un aventurero sonoro en cuyas piezas simultaneó electroacústica e instrumentación tradicional, aleatoriedad y sistemas enormemente estructurados. La aportación que a su catálogo discográfico (por fortuna en constante crecimiento y con una decena de referencias de gran valía) hace Zeitkratzer es de absoluta referencia por cuanto que rubrican sendas versiones de Critical Band (1988) y Harmonium #2 (1976) que desbancan a su escasa competencia.

No así es el caso de Koan: Having Never Written A Note For Percussion (1971) donde seguiremos prefiriendo el registro de Matthias Kaul en Hat Art que el presente debido al percusionista Maurice de Martin, más centrado en la ostigación del caudal sonoro que acaba descontrolándose hacia el final que en la exploración en crescendo del tam tam que propone el primero.

De Wikipedia: "Las bandas críticas son rangos de frecuencia dentro de los cuales un tono bloquea la percepción de otro tono. Ocurren porque una onda que estimula la membrana basilar perturba la membrana dentro de una pequeña área más allá del punto de primer contacto, excitando a los nervios de toda el área vecina. Por lo tanto, las frecuencias cercanas a la frecuencia original no tienen mucho efecto sobre la sensación de la fuerza del sonido, incluso si se dobla el volumen del sonido. La sensación de volumen no es afectada de esta manera cuando se suma a la mezcla una frecuencia fuera de la banda crítica". Este concepto científico, definido por Harvey Fletcher en la década de los 40 del pasado siglo, es la premisa de Tenney para elaborar la pieza Critical Band.

En ella los músicos de Zeitratzer operan coloreando casi imperceptiblemente durante los primeros minutos un tono con otros similares dando al final con un sonido convulso, virulentamente radical, transido de abstracto academicismo y de una profundidad muy cara al post-rock. Nuevamente la concepción cuasi guerrillera de estos intérpretes permite erigir la ejecución de una obra que bajo su mirada adquiere sorprendentes perfiles. Es por ello mismo, por su riqueza heterogénea, por lo que resulta muy estimulante acudir tras la audición de esta propuesta a otra protagonizada por el mismo autor, James Tenney, con otros músicos, el también formidable y antagónico por cerebralista Barton Workshop en la referencia del sello Mode (185) Melody, Ergodicity and Indeterminacy.

Si hay un compositor al que le interesara disolver los protagonismos individuales dentro del conjunto musical ese es James Tenney quien en una obra como Harmonium #2, como en toda la serie, demanda a la vez la máxima implicación y el  mayor despojamiento del concepto de solista. Escrita para instrumentación variable supone una de las primeras exploraciones del autor en el campo de los acordes y los intervalos posibles (puros o naturales) en la entonación justa. El armazón teórico también es perceptible en el resultado (algo que no siempre sucede) y que en este caso concreto no es más que un acicate para comprobar cómo desde una concepción altamente intelectualizada del hecho sonoro puede llegarse, cuando por medio hay mensajeros del calibre de Zeikratzer, a resultados notablemente arrebatadores.

Audición: Critical Band (1988)

15 may 2010

Ciclo de Música Contemporánea 2010 (Teatro Central. Sevilla)

El Teatro Central de Sevilla.

Compilo en las siguientes líneas las diferentes críticas que he ido publicando en El Correo de Andalucía durante los pasados meses al respecto del Ciclo de Música Contemporánea del Teatro Central de Sevilla (que tiene su casi exacto reflejo en las respectivas jornadas del Teatro Alhambra de Granada). Hay una notable ausencia: la reflexión sobre el nutrido programa que el Ensemble neoArs presentó el 14 de abril de 2010 con obras de, entre otros, Enrique Busto, Iluminada Pérez Frutos y Francisco Javier Quintero. En él se pudo admirar, además de las excelentes maneras interpretativas de este prometedor conjunto, el magisterio que compositores como José María Sánchez-Verdú y Mauricio Sotelo vienen ejerciendo sobre las nuevas generaciones. Mi relativa vinculación con aquella jornada me hizo optar por no ser yo quien reseñara la ocasión. Por lo demás, y como puede deducirse al hilo de los siguientes textos, los responsables del ciclo Manuel I. Ferrand y Ángel Aparicio parecen haber retomado el timón perdido del encuentro con unas propuestas, las de este año, menos generosas en número, pero más concentradas en la difusión de la nueva música, sin contaminaciones gratuitas del pop, el jazz o las nuevas músicas que nada aportan a un encuentro como este, prácticamente único en sus características del que disfruta la ciudad de Sevilla.

Del piano y otros excesos gimnásticos. Carles Santos. 03/03/2010
Crítica del concierto que Carles Santos ha ofrecido en el Teatro Central de Sevilla inaugurando el Ciclo de Música Contemporánea 

En sentido estricto nunca se había escuchado una manta de repetidos aplausos en la historia del Ciclo de Música Contemporánea del Central. No al menos cuando se ha programado música de vanguardia en lugar de devaneos poperos. Anoche Carles Santos tocó dos propinas y pudo haber caído alguna más. El público, formado por fieles del encuentro, entusiastas del valenciano y universitarios, cayó rendido ante el piano musculoso, virtuoso y lleno de excesos de este grande del teatro y la música.

En No al no Santos reinvidica la vanguardia, al menos su vanguardia, la que él tanto defendió en la década de los 70 como pianista. Su música hoy, pese a todos los ecos de los trabajos de Steve Reich, Michael Nyman o Wim Mertens que quieran buscársele, es poderosamente propia. No ha claudicado ante la posmodernidad, no se ha amilanado. No lo hemos perdido. Sigue vivísimo.

Santos fue trenzando una composición fuertemente repetitiva donde cupieron resonancias del piano minimalista, del piano teatral de la performance, del piano estructural de los años severos de la contemporaneidad. Y durante todas las secuencias él: martilleando una melodía con puños, insistiendo acordes con una pelota sobre las teclas, precipitando fortissimos y pianissimos, poniendo la coda, el Do de pecho final con la mismísima tapa del piano. El premio: Bujaraloz by night, hit de Santos, número 1 de la lista de éxitos de la modernidad española. Un concierto para el recuerdo

Música refrescante. Ensemble Orquesta de Cadaqués. 17/03/2010
Crítica del concierto que el Ensemble Orquesta de Cadaqués ha ofrecido en el Teatro Central con música de Charles, Del Puerto y Maxwell Davies

¿Quien lo diría? Una pieza de la más rabiosa vanguardia como las Ocho canciones para un rey loco (1969) de Peter Maxwell Davies sigue sonando hoy plena de efectividad cuando es servida en una interpretación portentosa, como la que ofreció anoche en el Central el Ensemble Orquesta de Cadaqués, un valioso conjunto clásico que se está revelando como un formidable vehículo para la difusión de la nueva música.
Y si buena parte de su éxito se debió a la interpretación –en todo el sentido de la palabra– del barítono Leigh Melrose –¡cómo se nota su formación en la escuela teatral inglesa!–, que vivió y transmitió el máximo de esta fiera y heterogénea partitura, no es menos razón que Jaime Martín, el director de la formación, se desenvolvió con una naturalidad desarmante en estos difíciles pentagramas. Su gesto conciso y certero se acompañó en todo momento de una respuesta afilada de los estupendos músicos del conjunto, donde sobresalían importantes personalidades como la del pianista Ananda Sukarlan, el percusionista Miquel Bernat y el clarinetista Salvador Salvador, todos ellos especialistas en la ejecución de música contemporánea.

De David del Puerto nos llegó 1/6 Plugged (2008) una original composición para guitarra eléctrica y conjunto en la que el creador intervino, sorpresivamente, como solista. No es una música redonda y sus primeros compases son francamente mejorables, pero el empleo del instrumento como sintetizador y los paréntesis estáticos en los que la guitarra es abordada como generador de un sonido masivo y planeante –en la estela de Glenn Branca– la hacen disfrutable. Unstable surface (2004) de Agustí Charles fue un ejemplo de la escritura escolástica, con climax bien planeado, pero muy lastrada por el pasado.

Esencial Carter. Cuarteto Pacifica. 24/03/2010
Crítica del concierto que el Cuarteto Pacífica ha ofrecido en el Teatro Central con obras de Elliott Carter

Es Elliott Carter (1908) el gran compositor clásico vivo? Posiblemente. No es –no lo ha sido nunca– ni el más vanguardista ni el más conservador y, justo por ello, se ha erigido en una figura seminal en la historia de la música del siglo XX y aun del XXI. Increible, todavía sigue componiendo, baste indicar que su primera y única ópera hasta ahora –What’s next?– la gestó con 99 años.

El nortamericano Cuarteto Pacifica hizo su debut en España con un programa en el que emparejó el Primer (1951) y el Quinto (1995) Cuarteto de Carter. Entre uno y otro por más que medien años la evolución estética ha sido tranquila y casi podría afirmarse que el Primero es mas agitado y arisco que el punzante y extendido Quinto.En un caso u otro ambas son grandes obras cuyo vigor y poder comunicativo es más que suficiente como para concitar la emoción. En ello se empeñaron los cuatro instrumentistas del Pacifica con unas versiones robustas, henchidas de contrastes y con un ejemplar lucimiento de cada voz sin que se resintiera la labor de conjunto que siempre ha de primar.

A pesar del beneplácito del propio Carter hacia estos músicos, el Cuarteto Arditti sigue reinando en este repertorio, revistiendo de mayor modernidad y acidez estos pentagramas. Pero el lujo que supuso tener en Sevilla a esta incipiente formación “made in USA” quedará como un gran acierto en la historia del Ciclo de Música Contemporánea. Al otro lado del Atlántico, Carter puede sentirse orgulloso: cada vez hay más intérpretes que defienden su creación.

Chispazos energéticos. Amores Grup de Percussió. 07/04/2010
Crítica del concierto que el Grupo Amores ha ofrecido en el Teatro Central dentro del Ciclo de música contemporánea con obras de Stockhausen, Xenakis y Zappa

Si hay un instrumento que caracterice mejor que ningún otro la música del siglo XX ese es la percusión. Por eso nunca debería faltar en el Ciclo de música contemporánea del Central ningún año un ensemble consagrado a estos instrumentos. Si en 2009 lo visitaron Los Percusionistas de Estrasburgo con un programa carente de todo interés, este ha sido el valenciano Grupo Amores el encargado de poner la nota percutiva.
No obstante, y aunque la altura interpretativa fue del máximo nivel, las obras elegidas bien podrían haber sido otras. ¿Qué es eso de una versión propia de Okho, de Iannis Xenakis? ¿A qué justificación obedece tocarla con bombos en vez de con los djembes solicitados por el compositor? Se perdió así gran parte de su encanto sonoro por mas que los miembros de Amores la ejecutaron con total convicción, coordinación y con una sencilla pero correcta puesta en escena.

Con Stockhausen se vivieron momentos mágicos. Ojalá Amores pueda presentarnos alguna vez la obra zodiacal Tierkreis en su integridad, y no una selección de tres números. La percusión, junto con las cajas de música, es el ámbito adecuado para el desarrollo de esta pieza que se mueve en el terreno de la ensoñación. 
La versión de los valencianos es, de lejos, una de las más hermosas que ha conocido una partitura que no demanda ni la exageración con la que la abordan algunos grupos ni la concreción severa de otros solistas.

Programar a Frank Zappa no deja de ser una concesión al público joven. La música del rockero, más allá de su aparato rítmico, no tiene interés. La Suite Zappa que ofrecieron -un invento de Amores- funciona bien, tiene chispazos de energía (duelo de marimbas, teclado midi) pero en otros da la sensación de estar asistiendo a un híbrido inconexo que tanto suena a Zappa como a Pink Floyd o Pat Metheny.

Clásicos retadores. Zahir Ensemble. 05/05/2010
Crítica del concierto que Zahir Ensemble ha ofrecido en el Teatro Central con obras de Boulez, Sánchez-Verdú y Antheil.

Desde 1953 hasta 2010, cuenten ustedes los años que han tenido que transcurrir para que El martillo sin dueño, una de las obras centrales de la música del siglo XX, debida a Pierre Boulez, conociese su estreno en Sevilla. Son oportunidades como éstas las que hacen brillar y dan su razón de ser a un Ciclo de Música Contemporánea, el del Teatro Central, que este año está dando unos frutos añorados durante mucho tiempo.
El conjunto sevillano Zahir Ensemble ejecutó una versión de radical concisión, imbuída quizás por la primera e histórica grabación que el propio Boulez realizara para la CBS. Más de medio siglo han pasado por estos pentagramas y en todo este tiempo, su sonido, de un feroz estructuralismo, sigue inmáculo y radical. La mezzo Marie-Annick Beliveau contribuyó a la dicha del éxito pese a un timbre de irregular gusto.

De sesgo estético opuesto, el Ballet Mecánico de George Antheil, escrito en 1924, es una oda al futurismo, también a una modernidad que pasaba por el elogio de la Revolución Industrial, del más difícil todavía. Con ecos presagiadores del ulterior movimiento repetitivo, la partitura, inmensa (con pianos, percusiones, pianolas, hélices de avión, sirenas...), se benefició de una interpretación vertiginosa, con el acento puesto muy específicamente sobre su cariz minimalista, calibrando soberbiamente el plano melódico y el puramente rítmico, y llevando el sonido al máximo paroxismo mientras que en la pantalla era proyectado el filme original del artista plástico Fernand Leger. 

Dos mundos contrapuestos, el de Antheil y el de Boulez, dos aventuras clásicas que permanecen vivas y retadoras. Dos ejemplos sin parangón de la inmensa aventura estética y emocional que depara la música de vanguardia.

Un ADN nuevo. Taller Sonoro. 13/05/2010
Crítica del concierto que Taller Sonoro ha ofrecido en el Teatro Central clausurando el Ciclo de Música Contemporánea con obras de Neuwirth y Romitelli

Punto y final del Ciclo de música contemporánea del Teatro Central. Una obra ambigua, multicromática, erizada, heterogénea, psicodélica y luminosa como el Professor Bad Trip de Fausto Romitelli (1963-2004) resume en sí misma la gozosa experiencia de la música de vanguardia. Ajena a escuelas, distanciada de dogmatismos, el compositor italiano inventó en sus 45 minutos de duración un nuevo ADN de la contemporaneidad, un lenguaje energético y con sutiles ecos del rock que permitió alumbrar esta obra, la que mejor resume el lenguaje romitelliano.

Taller Sonoro, que celebra 10 años de compromismo con la música de hoy, se acercó a ella con un compromiso encomiable. Volvieron a demostrar que sus atriles se nutren de un puñado de excelentes músicos capaces de afrontar un reto como este. Sin embargo, ante una partitura así habría que pedirles un ir más allá de las notas. Su Professor Bad Trip quedó bien dicho, pero precisó de una mayor dosis de sugerencia, de lisérgico derroche de sonido.

A la música le faltó fluidez y densidad, un binomio certero para dar con el punto de vitriólico paisaje urbano que define las notas de Romitelli. Acaso para ello Taller Sonoro debería plantear la posibilidad de invitar a un director profesional que haga algo mas que clarificar compases y entradas, algo válido en según que partituras, pero insuficiente si además de leer se aspira a aportar ese chispazo de personalidad que piden a gritos artefactos sonoros como este Professor.

Comenzó el programa con Fondamenta, irregular partitura de la compositora Olga Neuwirth, un nombre importante del ámbito de la música actual. El tono especulativo y dubitativo de los pentagramas quedó aquí algo desvaído ante una ejecución nuevamente plausible pero falta de ese ambiente quedo y entrecortado de su música.

6 may 2010

Chorro de luz. Descarga los programas (VIII)

Con frecuencia irán apareciendo en la web enlaces para descargar las ediciones del programa dedicado a la música de vanguardia Chorro de luz, que cada lunes a las 17.00h (y viernes en su repetición a las 15.30h) se emite en directo en Radiópolis (98.4 FM en Sevilla) y también en Internet.


Chorro de luz 22 (Monográfico Peter Adriaansz) (220210)  
Nu descendant un Escalier for reeds, trombone, percussion, guitar & piano  Wave 3 for amplified EBOW piano & sinetones
Wave 13 for variable ensemble of treble instruments, sinetones & waves  
Wave 7 for amplified, variable ensemble & live delay
Wave 11 for variable ensemble of treble instruments, sinetones &  waves
Enlace para descarga: http://www.megaupload.com/?d=RWNU6VCS  

Chorro de luz 23 (010310)
Entrevista a Juan García Rodríguez, director de Zahir Ensemble
J. M. Sánchez-Verdú: Ed e subito sera (Giorno Doppo Giorno)
J. M. Sánchez-Verdú: Kitab 3
A. Schoenberg: Suite Op.29 (II Movimiento)
C. Santos: Bujaraloz by night
Enlace para descarga: http://www.megaupload.com/?d=412R7TP9  

Chorro de luz 24 (150310)
Entrevista al compositor Juan Cruz Guevara  
Niké para percusión  
Exempeda para acordeón  
Elohim para orquesta
Enlace para descarga: http://www.megaupload.com/?d=8FWJ8YYN