Recording with hydrophones in the North Pole, photo: Mamont foundation |
El trabajo de Jana Winderen (Bodø, 1965) se centra en entornos y ecosistemas de muy difícil acceso para el ser humano. Con una formación científica que combina con las Bellas Artes, la creadora noruega lleva años erigiendo el sonido en único centro y razón de ser de su actividad creativa. Con una trayectoria que la ha llevado a trabajar e investigar en Asia, América y Europa y con una especial y detallista atención al ámbito fonográfico, la artista sonora noruega ofrece el próximo 30 de noviembre una inmersión sónica en la Caja Negra del Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, en Córdoba. Su presencia en este imponente y brutalista contexto arquitectónico de hormigón toma así el relevo de otros grandes nombres que la precedieron (Francisco López, Thomas Köner, Jasmine Guffond...) en lo que ya constituye un punto de encuentro de referencia para la música electrónica experimental en España.
¿Se percibe más como una compositora o como una investigadora del sonido?
Jana Winderen: Me considero a mí misma una artista, aunque tengo experiencias también en el ámbito puramente científico y en el de las artes visuales. Pero ni aplico el método científico a mi trabajo ni tampoco compongo como una compositora electroacústica en sentido estricto. El sonido lleva acompañando mi creación 26 años y los últimos 14 los he dedicado a realizar grabaciones submarinas buscando frecuencias que el oído humano no puede percibir. Mi ámbito es el de la ecología acústica, con la que abordo cuestiones y preocupaciones cruciales sobre cómo tratamos el planeta. Por eso no solo busco compartir una experiencia estética, también desearía crear consciencia y despertar cierto interés y curiosidad en las personas que escuchan mis obras. Esto no quiere decir que lo puramente auditivo sea menos importante, en absoluto. De hecho, me interesa mucho la práctica musical en ese sentido, mediante conciertos, instalaciones multicanal y los discos.