29 nov 2018

Jana Winderen: «Sé lo que estoy haciendo pero no sé cómo se llama»

Recording with hydrophones in the North Pole, photo: Mamont foundation
El trabajo de Jana Winderen (Bodø, 1965) se centra en entornos y ecosistemas de muy difícil acceso para el ser humano. Con una formación científica que combina con las Bellas Artes, la creadora noruega lleva años erigiendo el sonido en único centro y razón de ser de su actividad creativa. Con una trayectoria que la ha llevado a trabajar e investigar en Asia, América y Europa y con una especial y detallista atención al ámbito fonográfico, la artista sonora noruega ofrece el próximo 30 de noviembre una inmersión sónica en la Caja Negra del Centro de Creación Contemporánea de Andalucía, en Córdoba. Su presencia en este imponente y brutalista contexto arquitectónico de hormigón toma así el relevo de otros grandes nombres que la precedieron (Francisco López, Thomas Köner, Jasmine Guffond...) en lo que ya constituye un punto de encuentro de referencia para la música electrónica experimental en España.

¿Se percibe más como una compositora o como una investigadora del sonido?

Jana Winderen: Me considero a mí misma una artista, aunque tengo experiencias también en el ámbito puramente científico y en el de las artes visuales. Pero ni aplico el método científico a mi trabajo ni tampoco compongo como una compositora electroacústica en sentido estricto. El sonido lleva acompañando mi creación 26 años y los últimos 14 los he dedicado a realizar grabaciones submarinas buscando frecuencias que el oído humano no puede percibir. Mi ámbito es el de la ecología acústica, con la que abordo cuestiones y preocupaciones cruciales sobre cómo tratamos el planeta. Por eso no solo busco compartir una experiencia estética, también desearía crear consciencia y despertar cierto interés y curiosidad en las personas que escuchan mis obras. Esto no quiere decir que lo puramente auditivo sea menos importante, en absoluto. De hecho, me interesa mucho la práctica musical en ese sentido, mediante conciertos, instalaciones multicanal y los discos.



11 nov 2018

Kaija Saariaho, 'Only the sound remains'. Teatro Real (05-11-18)



Todavía continúa el Teatro Real prestigiándose ante el mundo operístico (y no digamos ante los teatros colegas / competidores españoles) de la herencia adquirida tras la gestión del fenecido Gerard Mortier, quien fuera director artístico del coliseo madrileño entre 2010 y 2013. Fue él quien empujó a la compositora finlandesa Kaija Saariaho (1952) a la escritura lírica con L'Amour de loin (2000), estrenada en el Festival de Salzburgo. Aquella creación gozaría desde su nacimiento de un insospechado predicamento entre la crítica y el público. Algo que no era de extrañar si entendíamos que la obra, de un abierto posmodernismo estructural, estético y literario, no iba mucho más allá, en lo puramente musical, de lo lejos que ya había ido, en justo tiempo y forma, Claude Debussy con Pelléas et Mélisande en 1902.

Los 16 años que han transcurrido desde L'Amour de loin a Only the sound remains (estrenada en marzo de 2016 en Ámsterdam) han servido a Saariaho para asentarse en una estética que le es propia, la de un relajado modernismo que, sin ser vanguardista ni exploratorio, alcanza en esta creación el ejemplo más destilado e hipnótico de su trayectoria operística. Frente a la densidad discursiva y expresiva de anteriores tentativas líricas (Adriana Mater, Émilie), aquí la compositora se ha sentido apelada (seducida diríamos) por la radicalidad conceptual del Teatro Noh japonés.