Bryn Harrison. |
Dentro de no demasiado tiempo el nombre de Bryn Harrison (1969, Bolton, Inglaterra) se enarbolará cuando de lo que se trate sea de poner en valor la música contemporánea británica. Profesor de Composición en la Universidad de Huddersfield, y ligado al célebre festival de nueva música que allí se celebra, su obra transita un sendero distinto de la conflictividad estructural y/o posmodernista de señeros creadores de las islas como Peter Maxwell-Davies, Harrison Birtwistle o Brian Ferneyhough. Con Feldman como telón de fondo, Harrison ha dado luz a obras como la pianística Vessels (2012), una caudalosa y serena composición de casi 80 minutos o, más recientemente, Piano Quintet (2016), música de enrocado discurso, tan atenta a las texturas sonoras como al cincelado de unas estructuras marmóreas (y recientemente grabada en disco en el sello HCR). A su alrededor, intérpretes como Philip Tomas, el Cuarteto Bozzini y los ensembles Apartment House y Plus-Minus, entre otros, llevan años haciéndose eco de su música. Una obra, en fin, que aporta un punto de ruptura propio en él, en ocasiones, excesivamente homogéneo universo de la modernidad.
Ismael G. Cabral: Siendo un destacado compositor británico sorprende que en su biografía formativa no aparezcan dos de los más prominentes músicos de su país, Harrison Birtwistle y Brian Ferneyhough. Sin embargo, sí que tomó estudios con Gavin Bryars, más cercano a posturas minimalistas y, en todo caso, muy al margen de la academia. ¿Ha sido un posicionamiento quizás el suyo de alejarse de los cánones de la música contemporánea centroeuropea?
Bryn Harrison: No, en absoluto. Veo mi música como una síntesis del experimentalismo británico / americano y la música de vanguardia centroeuropea. Tanto Birtwistle como Ferneyhough han ejercido una profunda influencia en mi manera de componer, al igual que otros importantes compositores como Michael Finnissy, James Dillon y Aldo Clementi. Recuerdo haber leído hace años el ensayo Ritmo y duración, de Ferneyhough, que me sirvió para iluminar mi forma de componer y también para entender, por ejemplo, todo el material musical que Morton Feldman desplegó en una obra como Clippled Symmetry. Tengo una enorme deuda con las tradiciones europeas y americanas. Al principio de mi carrera me interesé más por explorar un lenguaje rítmico complejo que podríamos asociar con Ferneyhough y Finnissy, pero unido a un enfoque más perceptivo de la tonalidad. En ese sentido creo que, para mí, un compositor como Olivier Messiaen también ha sido una gran influencia, particularmente por su uso del lenguaje modal.