8 dic 2010

Zeitkratzer: Alvin Lucier [Old School 3]

















Alvin Lucier (1931-)
1.- Fideliotrio 12:10
2.- Music For Piano With Magnetic Strings 13:21
3.- Silver Streetcar For The Orchestra 10:03
4.- Violynn 09:38
5.- Opera With Objects 10:59
Zeitkratzer
Zeitkratzer Records (zkr0011)

Prosigue el conjunto Zeitkratzer proponiendo nuevos títulos de la colección Old School que allá en primavera de este mismo año iniciara con sendas grabaciones dedicadas a James Tenney y John Cage cuyos contenidos comentamos con entusiasmo aquí. Le toca el turno ahora a Alvin Lucier (New Hampshire, EEUU, 1931), uno de los compositores norteamericanos más marcadamente adscritos a la corriente experimental y, fuera de toda discusión, uno de los proponentes de creaciones de mayor calado en el ámbito del arte sonoro y la instalación.

El conocedor y/o seguidor de Zeitkratzer podría dudar de que la música silente y contenida de Lucier se atuviera bien a un grupo con voluntad de guerrilla y que habitúa a desbordar el sonido en sus explosivos acercamientos a obras de Xenakis, Lou Reed (Metal Machine Music) o, sin medias tintas, Merzbow e incluso muy recientemente Whitehouse [de manera paralela al lanzamiento que nos ocupa se ha presentado otro registro con un ramillete de piezas ruidistas transcritas para conjunto instrumental y firmadas por el líder de la formación, William Bennett].

Si ante las partituras de Tenney y Cage la óptica elegida fue la de enfatizar el carácter explorativo y la rugosidad del material, proponiendo una lectura seca y de monolítico sonido, ante los pentagramas elegidos de Lucier semejante acercamiento hubiera devenido en una catástrofe dado el tono contemplativo y conciso al que tienden sus propuestas. Y es aquí donde el grupo demuestra su maleabilidad adaptándose a un lenguaje austero como pocos en el que cualquier deformación del sonido o acentuación de la intensidad podría haber dado al traste con los pentagramas. No es la de Lucier una música que se preste en demasía a la interpretación (salvo puntuales excepciones en su catálogo), más bien a la ejecución exacta de los planteamientos iniciales.


Alvin Lucier interpretando Opera with objects.

Desde el punto de vista del discófilo podría haberse preferido otra selección de obras en tanto que ya poseíamos excelentes referencias de las obras elegidas por Zeitkratzer con la sola excepción de Violynn: Fideliotrio (The Barton Workshop. New World Records), Music for piano with magnetic strings (Lois Svard. Lovely Music), Silver Streetcar for the orchestra (Brian Johnson. Mode Records / Matthias Kaul. Wergo) y Opera with objects (Matthias Kaul. Wergo).

En Fideliotrio (1987) el compositor propone un único tono pianístico tocado en dos dinámicas diferentes mientras que la viola y el violonchelo ejecutan dos glissandos que discurren casi constantemente en direcciones opuestas creando una asfixiante sensación de tensión que se acrecienta con casi imperceptibles desafinaciones del teclado y con notas falsas de los instrumentos de cuerda. Juego perceptivo con el oyente que se sumerge en esta música, la ejecución de Zeitkratzer se beneficia de un registro microfónico muy cercano al instrumento, sitúandonos en la audición en una posición que reproduce la experiencia de la sala de conciertos. En algunos instantes obtendremos la sensación de estar casi físicamente delante de los músicos (Reinhold Friedl, Burkhard Schlothauer y Anton Lukoszevieze) lo que redunda en el disfrute de una obra inestable y turbadora cuyas interferencias oscurecen aún más el objetivo de la composición. Similar planteamiento es el de la inédita Violynn (2001) para violín y oscilador de ondas, en donde el seguidor de la obra del norteamericano advertirá una mayor conexión con creaciones tempranas de su catálogo.

Donde el álbum adquiere su mayor cota de excelencia es ante la pieza Music for piano with magnetic strings (1995). En las notas que incluye la carpetilla del disco Friedl se interroga sobre si la referida creación puede categorizarse como “composición” en el sentido clásico del término. Añade que la partitura se circunscribe a una sola página de texto con explicaciones sobre los procedimientos a seguir. A través de unos e-bows se excitan las cuerdas del piano creando campos electromagnéticos mientras que el pianista toca una secuencia de intervalos. Añade Lucier que han de evitarse los ruidos de ambiente pero, en clara filiación cageana, explicita que si estos acaecen han de ser bien aceptados. En la comparación de las versiones de Frield y Svard, el segundo sale perdiendo por cuanto que el sonido en la grabación de Lovely está más centrado en el piano antes que en la suerte de chisporroteo que crea la interacción entre cuerdas y e-bows. La profundidad del registro es mayor, alejandose aquí la fuente del sonido y sugiriendo una sensación de vacío y lejanía que dota a la composición de una inusitada musicalidad, un caso casi único en el universo Lucier.

Donde cualquier convención musical se volatiliza en pos de una exposición física de las cualidades de las múltiples resonancias de un instrumento es en Silver Streetcar for the orchestra (1988) para triángulo. Dice el compositor: “El título lo tomé del Manifiesto Surrealista de 1922, del director español Luis Buñuel. El dio varias descripciones y títulos a todos los instrumentos de la orquesta y llamó al triángulo de la orquesta Silver Streetcar (…). El músico, sencillamente, golpea el triángulo a lo largo de toda su particular longitud (…). Es decir, oyes el triángulo en todas sus maravillosas manifestaciones, extraordinarios sonidos que nunca supiste que estaban ahí”. No existe una diferencia notable entre las diferentes prestaciones sonoras de los percusionistas que la han llevado al disco. Si la versión zeitkratzeriana de Maurice de Martin es preferible con respecto a las de Johnson (Mode) y Kaul (Wergo) es únicamente debido a que en este cedé la duración es sensiblemente menor: diez minutos frente a los 16/17 de las anteriores. Se condensa así el objetivo de la creación y no se dilata el no-discurso de una composición puramente indagativa.

El carácter militante y abrasivo de Zeitkratzer se hará notar, únicamente, en Opera with objects (1997), un nuevo estudio de la resonancias en este caso tomando como base pequeños objetos cotidianos, desde una caja de cerillas a una taza de café, un vaso de cristal o una goma de borrar. El intérprete -que habitúa a ser el propio Lucier, como por ejemplo en el extraordinario e inolvidable concierto que ofreció en la edición de 2009 de MaerzMusik (Berlín)- golpea con un ritmo regular los utensilios con dos lápices. Únicamente varía la velocidad y la posición del golpeo. Si Kaul y Lucier ejecutan la obra como solistas, aquí son hasta ocho los realizadores que se hacen cargo de la pieza. Se preferirá el sonido puntillista y extremadamente parco de las versiones en solitario a este constante goteo de pequeños impactos que, si bien logra crear un tono paisajístico más evocador, resta fiereza a la propuesta.
 
Los apasionados seguidores de la obra de Alvin Lucier tienen, en cualquier caso, una adquisición obligada en este registro que viene a sumarse a la excelente colección que atesora Lovely Music y a las dos sobresalientes aportaciones que Mode Records ha hecho a la discografía del de New Hampshire, singularmente el registro con la monumental Small Waves (1997) para cuarteto de cuerdas, trombón, piano y dos contenedores de agua que grabara el Cuarteto Arditti junto con Hildegard Kleeb y Roland Dahinden. Quedamos en la espera de los dos nuevos aportes a la colección Old School que habrá de hacer Zeitkratzer a lo largo de 2011: sendos monográficos Morton Feldman y Karlheinz Stockhausen. 

Audición: Music for piano with magnetic strings (1995)

3 comentarios:

Engrudo dijo...

Un auténtico placer leerte; me pongo de inmediato a buscar este disco.

Un saludo.

Anónimo dijo...
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Ismael G. Cabral dijo...

Engrudo, agradezco tus palabras. El disco podrás localizarlo fácilmente en Internet (Metamkine por ejemplo) aunque, evidentemente y por desgracia, no en tiendas.