4 ene 2012

Joseph Bishara, 'Insidous' (OST)


Joseph Bishara
1-26.- Insidous 40:34
The Section Quartet. Saar Hendelman, piano.

Audición: The Insidous plane (Insidous. OST)

Puede resultar llamativo el análisis, en un blog consagrado a la difusión de la música (académica) de vanguardia, de una banda sonora. Máxime cuando esta pertenece a un filme abiertamente comercial. El score para la película del estimable James Wan (Saw, Dead silence, Death sentence), Insidous (2010), viene firmado por Joseph Bishara, un compositor tan ajeno casi a la militante esfera de los apasionados por la música de cine como totalmente alejado del circuito de la música experimental. En cualquier caso, Bishara es un rara avis dentro del panorama musical actual, un creador sonoro especializado en el diseño de atmósferas oscuras, terroríficas, como él mismo se define en su no menos opaca página web

Productor de la banda sonora del musical de culto Repo! The Genetic Opera (2008), también ha musicado cintas de serie B como The Convent (2000), Autopsy (2008) y Night of the demons (2010). Tras Insidous, llegaron 11-11-11 (2011) y Torture chamber (2011). Su trayectoria también le ha llevado a coquetear con bandas de genero “metal industrial”. Con todo, no es fácil seguir la pista musical -de manera aislada de los filmes- de Bishara. Hasta Insidous, ninguna otra banda sonora firmada por él ha conocido una edición comercial, e incluso el mismo álbum que nos ocupa lo ha hecho en fecha reciente, bastante tiempo después del estreno de la película, y en una publicación motivada por el propio compositor, dentro de un sello musical -Void recordings- creado ad hoc


Audición: The further (Insidous. OST)


Si la cinta de Wan conforma junto con la de Daniel Stamm, The last exorcism, las dos mejores aportaciones al género del horror propuestas en 2011, lo es, en no poca medida, gracias al score de Bishara, quien por cierto también asume el papel del monstruo principal de la función: Lipstick o Face demon. Su música opera en el filme del mismo modo en el que lo hace el guión de Leigh Whannell, llegando al terror por la insistencia en los clichés del género, (re)creando situaciones ya vistas pero que, en Insidous, son llevadas hasta el paroxismo, dando vida en fin a un festival freak en el que conviven casas encantadas, enfermedad, niños poseídos, diablos, parapsicólogos y almas en pena; un festín que se alía con un potente diseño de los efectos de sonido, que no sólo puntean la narración, si no que se inmiscuyen en ella gracias al protagonismo que el realizador concede a la aparición, por sorpresa, de auténticos estallidos de ruido instrumental. 

Joseph Bishara.
Antes que abrazar una creación sinfónica -lo que, probablemente, hubiera llevado a la música de Insidous a un terreno no tan satisfactoriamente resuelto-, Bishara convoca a un cuarteto de cuerdas (The Section Quartet, un conjunto especializado en música cinematográfica y en la revisitación clásica de hits rockeros), un pianista (Saar Hendelman) más el apoyo de él mismo haciéndose cargo de las atmósferas electrónicas. Luciendo indisimuladamente algunos elementos tópicos (uso masivo del glissando en las cuerdas, breves texturas ambientales (Insidous), un piano que esboza una breve melodía (A new world)...) Bishara logra imponerse a ellos por la crudeza global de un trabajo que alcanza 40 intensos minutos plagados de silencios y de feroces bocanadas de una música que transmite al oyente una sensación de inquietud similar a los propios fotogramas a los que acompaña originalmente. 

El compositor norteamericano compone cortes, abiertamente experimentales y de gran cohesión sonora, como The further y Gas mask vision. En otros acelera y deforma el sonido de las cuerdas (Hooves for feet) o corrompe el discurso con una violenta y desbocada percusión electrónica que aboca el track a la pura saturación (It said it was a visitor). Pero, por encima de todos, conviven en el álbum tres cortes, el inicial The Insidous plane e Insidous -correspondiente a los títulos de crédito- y en el bonus Void figure 7 -que bien podría erigirse en una pieza aislada de concierto- en los que Bishara inventa una música decididamente incómoda, minada por sonidos sucios, radicalmente disonante, desgarradora, presa de una tensión desmedida que sacude al oyente. 

Audición: Void figure 7 (Insidous. OST)


Sobrevuela en la escucha, indiquémoslo, una creación previa con la que guarda evidente e indisimulado parecido (el propio músico ha reconocido sentirse influido por ella): Night of the electric insects, fragmento del genial cuarteto de cuerdas electrificado Black Angels de George Crumb que grabara en un portentoso álbum el Kronos Quartet y que William Friedkin quiso emplear en su película The exorcist. Música áspera y aterradora la de Insidous, su audición aislada, parece ponernos ante el citado Crumb, pero también ante las partituras más desmedidas e hirientes (Threnody, Utrenja, De Natura Sonoris...) del hoy perdido Krysztof Penderecki, adaptadas a una escala camerística. Es evidente que es este un álbum que, sobre el papel, se escapa de los contornos de la música contemporánea, pero nadie podrá poner en duda que el material que Bishara ha compuesto para la cinta de James Wan es firmemente avantgarde. Nadie interesado en las músicas avanzadas debería, teniendo presente el filme o no, pasar por alto estos pentagramas.

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